lunes, 29 de agosto de 2011

La magia del lenguaje

Un día alguien comentó "Hay olor a caramelo" y yo pensé Que rico. Manzanas confitadas. Quien me acompañaba me confesó que el pensó en el coro de la canción de El General "carameloooo..." Es así como los significados y significantes, las imágenes que evocan las palabras, la connotación y la detonación hacen que nos separemos o juntemos en el lenguaje.

Me gustan las palabras pero he descubierto también los sonidos, las miradas, los gestos. Alguien por ahí me desafió a leer las sonrisas y risas. En la película de Violeta, su padre enseña a imitar el sonido de los pájaros y así ella comienza a enamorarse de la música y el canto.

Este fin de semana en Valparaíso, un maestro colombiano nos ilustró como el lenguaje puede incluir y motivar a que la gente acceda a la cultura. Todos los años se realizaba la Feria del Libro (con entrada paga, por cierto) y muy pocas personas asistían. Claro, se estaba "haciendo cultura para gente culturizada". Todo cambió cuando decidieron cambiarle el nombre a Fiesta del libro y miles de personas se acercaron a disfrutar de diversas actividades. Por lo demás, quitaron el pago de entrada para aquellos que no tenían dinero. Y dejaron el aporte para aquellos que no permitirían que los vieran como "personas con poca plata". Notable y digno de imitar.

Al vender un proyecto, al invitar a una celebración, al presentar nuestra carta de intenciones, al pararse frente a alguien a defender una idea, debemos mostrar en el lenguaje nuestra pasión por lo que estamos entregando. Pasión que traspase el lenguaje, que los enamore, para que el otro, los otros o los de más allá, quieran inevitablemente conocer más de esa propuesta. Leer más allá de las sonrisas, más allá de un gesto, más allá de las palabras.

Recomendación:
Violadores del Verso "Filosofía y letras"