martes, 13 de noviembre de 2012

Cajita de soles

Guardemos en una cajita todo los soles y las aventuras
quiero que sea fácil recuperarlos cuando manche todo de tinta negra...






jueves, 18 de octubre de 2012

Me gusta el rubor


Es cierto, está de moda y volvió para quedarse. En formato compacto o polvos, el rubor ha dado vida a tantas abuelitas (hasta a gente muerte cuando la maquillan para el último adiós) y hoy ilumina los pómulos - o trata de marcarlos a aquellas más redonditas de cara- de mujeres altas y bajas, rubias y morochas, flacas y gordas.

Me gusta. Es ese toque que te da como glamour, y si lo acompañamos de labios rojos, díganme si no les da personalidad y carácter a muchas de nosotras que caminamos un poco encorvadas y sin mucha gracia por los paseos peatonales?

En ocasiones, nos ha sacado de apuros: palidez extrema producto de baja de presión, dolor menstrual, pena, o falta de aire playero; disimular la vergüenza frente a una situación incómoda; o el "acaloramiento" frente a un hombre guapo que nos hace sacar a flote nuestros bajos instintos.

Adele, lo ha sabido usar de maravilla, porque hay que decirlo  -y espero que las pocas mujeres que leen este humilde blog tomen en cuenta este consejo- aunque sea moda, si no te ves bien frente al espejo o tu mejor amiga te dice "te queda bien, pero yo no lo usaría" hay que desistir.


lunes, 1 de octubre de 2012

Perder y ganar



Cuando muere un familiar, vives un duelo (dolor) que puede durar años, o quizás solo meses dependiendo de factores como la cercanía a esa persona, las características del fallecimiento, la capacidad para entender la vida y la muerte, si eres religioso, en fin.

Nadie está muy preparado: no es algo que se te enseñe, no es una experiencia que te la cuenten- porque la vives siempre de forma distinta-, no hay un tutorial en youtube, ni libro de Pilar Sordo que sirva.

Finalmente pasa el tiempo y el no encontrarte físicamente con la mirada de ese alguien, olvidar su aroma, no escuchar ya el tono de su voz, hace que su recuerdo pase al alma o al corazón o a algún lugar profundo que no necesita de esta realidad palpable y tangible para generar el sentimiento que se tenía frente a ese ser.

¿Pero qué pasa cuando tú, conscientemente, decides dar muerte a un familiar? Tomar la decisión de borrarlo del mapa, de sacarlo de tus pensamientos diarios, de olvidar todo de él: su nombre, su estampa, cómo era contigo.

Lo primero, es que las causas por las que lo mataste en vida pueden ser tan fuertes que al asumir esta decisión, ganas. Ganas en tranquilidad, en olvidarte y ya no hacerte cargo de lo que pasaba con esa persona, en definitiva te sacas un peso de encima, y vuelves a nacer en cierto sentido. Re vives y te fortaleces.

Pero estas perdiendo a esa persona y no hay vuelta atrás. Lo verás, y no lo reconocerás. Te hablará, y no lo escucharás; pedirá ayuda, que reconcideres tu decisión, hará las mismas promesas de siempre, pero tú no cambiarás de parecer...Y sabes que este camino es sin retorno.

A veces- sólo a veces- aunque muchos no te entiendan, aunque te cuestionen, aunque crean que eres el ser más egoísta, aunque traten de cambiar tu decisión, aunque sufras por un tiempo el duelo, aunque todos los días trates de recordar cómo era la textura de sus manos, o trates de escuchar nuevamente las carcajadas que alguna vez los unieron...es mejor ganar...o por lo menos yo lo prefiero.

martes, 11 de septiembre de 2012

A mi me dicen....


Los sobrenombres han sido considerados como una forma de molestar a la gente, de burlase, a veces por sus características físicas o por lo que muchos consideran defectos. Personalmente me gustan, los encuentro que son signo de cariño, de pertenencia, de hacer de alguien una persona especial (o hacerse especial para alguien).

Está la usanza también de "llamar" a alguien por su apellido, que se da mucho en los hombres. No sé la verdad qué fue primero: si las camisetas con apellidos de los futbolistas o decirles por los apellidos a los machos. Hay veces que se justifica ya que en un mismo lugar hay dos Pedro ó Cristian ó Pablo.

Una vez llamé a un compañero de curso por teléfono y pregunté por él usando su apellido. Y no hubo forma de recordar su nombre real...hasta que llegado Facebook apareció y recién ahí supe que se llamaba Manuel.

Me pasa que desde chica he sido buena para los sobrenombres, es decir para otorgarlos y para tener. Sin duda hay algunos con más sentidos que otros. Era tan buena para colocar sobrenombres que hasta una de mis amigas imaginarias tenía uno (lo más triste es que nunca supe su nombre real).

Tengo en mi agenda telefónica pocos contactos por su nombre real y muchas veces a quienes he llamado por un nombre distinto al inscrito en el registro electoral, nunca más vuelven a tener su nombre real en mi cabezita (a menos que me distancie de ellos y para remarcar esto, los llame por su nombre completo...¿o es una pendejería?)

También me gustan las maneras cariñosas de dirigirse a alguien como chinita, mi reina, negrito, pekas, chica...con cierto tono divertido. Rehúso de gordita, chanchito, chiquitita, mi niño, corazón, guagua.

Quizás las cosas serían más humanas si siempre fuéramos "la flaca", "el pipe", "manita"...porque creo que en esos apelativos de confianza y cariño se encuentra muchas veces nuestra esencia.








jueves, 16 de agosto de 2012

Conversaciones inconclusas

Hay tantas dudas, cuestionamientos, ideas inconclusas que transitan diariamente, minuto a minuto por nuestras vidas...y en muchas ocasiones hemos enfrentado nuestros mayores miedos (muchas veces inconscientes) teniendo una conversación frontal con un otro sin resolver mucho o más bien despejar aquello que nos incomoda, que nos molesta como la picada de zancudo del verano, que después de unos días es una costra de considerable tamaño.
Un sin fin de frases, oraciones, monosílabos que sólo traen consigo los famosos (y tan manoseados hoy por hoy) tres puntos o puntos suspensivos en forma escrita claro está, o los silencios más incómodos y poco retomables en palabras o sonidos.

Mamá, ¿Por qué te casaste con mi papá?...
Sé que todo ha sido raro estos días, pero las cosas mejorarán...lo prometo...
Yo te quise...alguna vez te quise...
Quiero saber quién es mi padre...
¿Cómo has estado?-He estado mejor-...
Nunca supe si todo esto fue verdad o un sueño...
Cómo quisiera volver el tiempo atrás...
Papá, ¿Por qué se separaron con la mamá?...
Quién cresta eres...
Nadie te ha querido como yo...
Lo hice y lo volvería a hacer...
No...
Sí, es verdad...
¿Estás?...
En donde estés, ¿me escuchas, me ves?...
No tengo nada que decirte al respecto...


miércoles, 25 de julio de 2012

This is the end...


"Compañera 
usted sabe 
puede contar 
conmigo 
no hasta dos 
o hasta diez 
sino contar 
conmigo"
Mario Benedetti

Tal como cantara Jim Morrison, "This is the end..." hoy hablo de los finales. No me gustan los finales, las despedidas, los términos, las rupturas. Incluso a veces me quedo con gusto a poco en los finales de películas, de teleseries, series favoritas de Warner o de Sony.

No me como todo lo del plato, pienso que para no terminar algo. Soy mala para los remates, para los mensajes de cierre, para el último slide de la presentación. La mayoría de las veces se me funan los chistes al final y el último aplauso me sale fome y sin sonido.

Bueno esta vez me tocó vivir un final más complejo y triste que me hizo pensar en que, si bien cuando se cierran las puertas se abren ventanas, igual estamos solos. Sí, quienes no hemos hecho familia aparte de nuestros núcleos (papá-mamá-hermanos o cómo sea el mono) nos quedemos solos cuando perdemos a un ser querido, al ser formador, al útero que nos dio vida o a los brazos que nos arrullaron cuando pequeños.

Pero los amigos, como todos bien dicen, son la famlia que hemos elegido y se hacen tremendamente relevantes en estas ocasiones: dar espacios, motivar, movilizar, hacer una sopita recuperadora, invitar a unos buenos tragos que emborrachen.

Entonces, con los amigos no hay finales hay solo puertas y ventanas que abrir. Somos quienes debemos entender y acompañar en procesos enriquecedores y más maduros como cambio de trabajo, rupturas amorosas, problemas con los hijos, y el fallecimiento de un familiar.

Esta es por ti, y por todos aquellos que piensan que quedaron solos. Yo también lo pienso, pero luego pido las ayudas y consuelos a quienes están ahí siempre...los amigos.

martes, 17 de julio de 2012

Alemania 2015...una carretera



♪  You have never been in love, until you have seen the stars reflect in the reservoirs...♫ inicia el track 1 del disco mal grabado de Morrissey que encontramos en la guantera del auto.
Es que nuestros momentos juntos siempre han estado cargados al rock & roll, más allá de tu chaqueta de cuero azul que está por romperse (y que no te cierra); más allá de mi cintillo rockabilly que tanto te gusta; más allá de tus tatuajes.


Manejo vista al frente, las dos manos en el manubrio (que es lo único a lo que me aferro en estos momentos) mientras tarareo la canción en un inglés rebuscado. Tu te ríes, pelo al viento, gafas negras y quizás estas sacando un mapa para orientarme en la ruta...pero no hablamos, sólo creo ver de medio filo que estás revisando esos mapas que te robaste de la estación  de servicio y que yo manché-sin querer-con salsa de las hamburguesas.


Haces bromas estúpidas y chistes fomes, esos los escucho claramente porque he bajado la música después del primer coro.  A veces pienso que soy la única que te escucha...y quizás por eso estas acá. No por Alemania, no por la carretera, no por los discos que acabas de comprar y traspasar a tu celular para escucharlos mientras te duchas...estás acá porque te pongo atención y conozco tus muecas-perdón lenguaje no verbal suena mejor, no se me enoje ya?-, sé que en algunas miradas serias más que una intención se devela tus problemas de vista, y piensas que achicando los ojos leeras mejor.


La verdad es que lo que me motiva a manejar es tu mirada constante, bueno también el vértigo de estar en Alemania en esta carretera, esa que alguna vez soñamos. Pero saber que me miras, me hace tener confianza, me hace sentirme la mujer más guapa del mundo...y quizás es otra de tus virtudes a pesar de que tus pies no caminan al mismo ritmo y que a veces te quedas por ahí enredado en tus sueños e ideas sin bajar a pisar la tierra que día a día yo camino con mis dos pies: a veces corriendo, otras en tacos, y por ahora tomada de tu mano.


Sin las promesas típicas y engañando al corazón, pensamos (sé que tú también lo haces) que "estamos bien", estamos la raja la verdad.


No hay más escenas, solo la carretera, solo la canción de Morrissey, solo tú leyendo el mapa y yo manejando, con las dos manos en el manubrio...





martes, 19 de junio de 2012

Las migajas de Pulgarcito


Cuando pequeña, uno de mis cuentos favoritos era Pulgarcito. Hoy me entero que hay varias versiones, pero la que más me gustaba, lo muestra muy pequeño (y sufrido jeje) y le da protagonismo a las migas de pan que dejaba en el camino al bosque.
Este cuento tiene varios elementos que revolotean por mi cabeza. Primero la necesidad de subsistencia de un ser tan pequeño, que aún así debe salir a "salvar a su familia" y lo desprotegido que está. En Chile actualmente somo tantos los ciudadanos pequeños desprotegidos: sin poder ejercer nuestros derechos;
violentados por el mercado y la creación de necesidades inexistentes hasta antes de consumirlas como zombies; sin redes de apoyo a quien acudir; solos perdidos en un bosque donde un "lobo vestido de hombre" nos infunda temor de vivir la vida desde la libertad de expresión ciudadana.
Las migajas, sin duda son una señal que en el ámbito de los afectos. Somos (¿soy?) consumidores de migajas. Los afectos son por ratos, por momentos: van y vienen. Nos conformamos y sobrevaloramos un abrazo, una sonrisa, un favor, un beso. Está bien, hay que celebrar los gestos de cariño (en todas sus formas) pero también es rico tener la marraqueta (o pan francés) completa. ¿Por qué no querer más de aquello que nos gusta o nos hace feliz? ¿por qué tener que conformarnos con las migajas que quizás otro pájaro en el mismo vuelo que nosotros deshechó? Afirmo y declaro: estoy cansada de las migajas.
Y finalmente, las grandes botas con las que escapa Pulgarcito de la casa del ogro, creo que en el cuento de muchos de nosotros podemos evidenciar los grandes desafíos que muchas veces tomamos sin darnos cuenta lo peligroso que hay en ellos. También, cuando asumimos cargas demasiado pesadas, que no son para nosotros, luchas que no debemos liderar...porque sí hay que liderar nuestras guerras y combates, pero ojo "las nuestras".
No sé si haya entendido bien las moralejas que el autor se planteó para dejar con este cuento, pero me gustan las historias, las microrealidades, y me gusta ser protagonista de ellas y sé que esto conlleva un montón de aprendizajes, riesgos, penas y alegrías...hoy por hoy me quedo con las alegrías y moralejas...¿ud.?

domingo, 10 de junio de 2012

Lo que me gusta de los hombres

A propósito de la columna de Rodrigo Guendelman respecto a lo que les gusta a los hombres de la mujeres, que por cierto no hubiera leído si no fuera por una referencia- piropo que recibí, me animo a escribir lo que amo-admiro-gusto-quiero de los hombres. Y no quiero generalizar, pero creo que en algunas de estas características coincidimos con amigas y conocidas.

El talento: no hay nada más sexy que un hombre talentoso. Poder mirar lo que hace por horas, o que te conmueva escuchar sus historias. O quizás simplemente que te invite un día a compartir con él a lo que se dedica. Lamentablemente, a veces el talento, va combinado con un fuerte ego. Que identifico claramente como necesario, pero que por lo general las cuotas de este componente echan por la borda lo talentoso que puede ser un hombre. El talento asumido en su justa medida, me mata.

Las marcas en la piel: Debo confesar que un pequeño corte en el labio, los lunares dispersos por el cuerpo, las pequeñas cicatrices en las cejas, las venas que se marcan, y un sin número de huellas que hacen de  una piel distintiva, me gustan. Tengo varias explicaciones: primero sentirse relajada y en confianza ya que uno tampoco tiene la perfección, vió? Pero también creo que se convierte en evidencia de historias y cuentos de ese hombre, que quizás nunca lleguen a develarse, pero se dejan ver e incitan a conocer más.

Apasionados: No sólo por el fútbol, aunque es válido también. Por la comida, por el baile, por los viajes, por el cine, por los libros. Que viva a concho! Que la intensidad, bien llevada, sea una cualidad. Más que emocionalmente inestables-eso déjenlo para una-volátiles, adrenalínicos y full extreme aventura, que tengan opinión, gustos, y los defiendan y vayan con ellos a todos lados.

Piroperos: Que rico sentirse mina junto a quien quieres. Y los piropos van desde lo cotidiano: "Que linda amaneciste hoy", hasta más rebuscados como dedicarte una canción o resaltar lo bello que tienes los labios o impresionarse cuando te pasan a buscar para salir y tú te has arreglado toda la tarde.

Que deseen tanto estar ahí: No hay nada más mata pasiones, a mi parecer, que el "estar". Cuando tu pinche-pololo-pareja te acompaña a un lugar y pareciera un accesorio más de tu tenida. Y me imagino que eso pasa para ambos lados. Me cautiva alguien que se suma a tu mundo, que cuando están juntos, disfruta a concho. Y no estoy hablando de no tener rutina, ya que ese tema está bien manoseado y aunque te recomiendan "no caer en ella" es inevitable. Debe saber sr.(a) lect@r que a mi me gustan mis rutinas. Hablo de un hombre que  busque nuevas formas de tomarte de sorpresa para tener una tarde de pasión; o que sea quien sirve los tragos a tus amigos en el cumpleaños del fin de semana; que te sientas deseada y acompañada a su lado, no la "buena amiga de años" o la "polola con la que lleva más de 3 años y le da hasta lata terminar con ella". Que estén contigo porque quieren, no por que "es lo que hay y me siento cómodo".

Tengo plena claridad que no se dan todas estas características juntas y combinadas, y que también uno debe dar y recibir ( o estar a la altura de las circunstancias). Finalmente, es re fácil describir siempre lo que NO nos gusta de alguien, lo que NO queremos, lo que creemos que el otro hace mal, y esto en todos los ámbitos de la vida. Os llamo a usar su destacador favorito para recalcar lo bueno del que tiene junto a ud. o las virtudes que siente que son su plus, o todo lo bello que ha visto hoy.






sábado, 12 de mayo de 2012

Ladrones de aromas


Hace un tiempo inicie mi oficio de ladrona de aromas. Al principio, no sabía bien de qué se trataba esta extraña   acción  que realizaba cada vez que pasaba un hombre por mi lado. Veía a mi presa, calculaba el momento exacto y al pasar por su lado, cerraba los ojos un segundo, inspiraba largo y profundo y le robaba su aroma.
Una vez conseguido el motín, se abría la puerta de la fantasía, esa que heredé de la doc y el león de crear una historia mágica con pasado, presente y futuro. Una historia inexistente a los demás, pero tan nítida y real para mi.
Llegué a pensar que tenía una enfermedad, que necesitaba de este aroma para sobrevivir, que me había convertido en una ladrona profesional que efectuaba su "robo hormiga" sin que el afectado se diera cuenta. Pero ¿quizás al avanzar en su camino, se encontraba que había perdido su aroma característico?, ¿quizás incluso se detenía a mirar hacia atrás para ver en qué parte de su ruta había dejado el olor que lo impregnaba?, o trataba de recordar a quién lo había cedido o entregado.
Gran fue mi sorpresa, al encontrarme frente a frente con otro ladrón de aromas. Un hombre que le robaba, en segundos, el perfume a las mujeres. 
La confesión de su técnica (de su locura), de su reflexión y declaración vergonzosa, nos encontró, en un bar de mala muerte en la perla del norte. Mirando para abajo, con cierto sonrojo, me confesó, sin tener que revelar yo primero mi crimen, que él era un ladrón de aromas.
No hay mucho más que decir, ya que nuestra técnica es única y preciada y revelar más de nuestro oficio, sería desnudarnos, y desnudar junto nosotros a tantos otros que no habían tomado conciencia que roban no sólo aromas, sino palabras, canciones, caricias, sensaciones.
Algunos guardan en su almohada lágrimas, sueños, ronquidos, suspiros; otros han adquirido su recompensa en abrazos apretados. Hay quienes son más puristas y logran sus motines en la relación sexual, robando gemidos, ojos con pupilas dilatadas y caricias. 
Mi compañero de oficio y yo, no tenemos contacto mayor con nuestras víctimas. No hay dolor, ni rostros de ladrones y afectados. Quizás eso nos hace más inocentes.
Nuestro robo es sin consecuencias, nunca le robamos a alguien conocido, nuestras víctimas son extrañas y desconocen el asalto.
Me gusta pensar que hay otros ladrones en el mundo, y más aún, que alguien también me robó el aroma. Desde mi punto de vista, es un honor haber sido considerado por tu olor, por tu esencia, por un extraño.




martes, 1 de mayo de 2012

Los porqué de los grandes


Mucha gente grande (o mayor de edad, o vieja, como ud. quiera llamarle) se queja de que los niños, a eso de los 6 años en adelante, hacen muchas preguntas. ¿Por qué el sol es amarillo?, ¿por qué el semáforo marca en rojo?, y otras aún más difíciles de contestar. Es como si estuvieran en la etapa filosófica en pleno y se cuestionan un sin fin de fenómenos que los rodean. Sin duda, una buena cualidad, para ir fortaleciendo su capacidad crítica y pensante. Pero hay días, en que realmente no queremos contestar una y otra vez las interrogantes de los peques, o que simplemente nos hacen consultas para las cuales no tenemos respuesta.
Al parecer, esta etapa, regresa de vez en cuando a nosotros. Por lo menos yo la revivo cada cierto tiempo, y si bien no molesto a mi madre, o personas mayores que me rodean con las 5.368 preguntas que me hago, si me las cuestiono. He aquí algunas que comparto para buscar apoyo y no sentirme "la rara" cuestionadora del mundillo que nos rodea:
1. ¿Por qué siempre el rey del cóctel es el jugo de frambuesa?
2. ¿Por qué siempre que estamos pololeando o emparejados, aparecen los jotes al rededor? En la soltería escasean estos especímenes.
3. ¿Por qué siempre hay un amigo/a que "no tiene" efectivo al momento de pagar un almuerzo? Y siempre es el mismo, un clásico.
4. ¿Por qué el Dj que está mezclando en una fiesta, baila a otro ritmo de la música que suena? Aporte de la amiga tropical.
5. ¿Por qué cuando hace frío nos dan unas ganas incontrolables de comer helado?
6. ¿Por qué cuando siempre reconocemos a la persona que tiene un logro en el año, y no al que siempre está junto a nosotros?
7. ¿Por qué cuando hace mucho frío, y estamos en el trabajo, añoramos "estar acostaditos, frente a una chimenea, viendo una película"?
8. ¿Por qué cuando entramos a "Casa & Ideas" siempre salimos con algo, y no precisamente lo que necesitábamos?
9. ¿Por qué siempre que hay cambio de temporada, las mujeres sentimos que "no tenemos nada que ponernos"? Cada temporada es lo mismo.
10. ¿Por qué cuando se nos echa a perder el celular, o quedamos sin Internet, nos sentimos incomunicados y que  "no existimos", si antes vivimos así?

Quizás ud, pueden sumar muchas más....

domingo, 29 de abril de 2012

Infidelidad

[No sé cual es la imagen de la infidelidad o fidelidad]

Desde un tiempo a esta parte, (sí, reconozco el inicio un poco común y estilo texto de ciencias naturales) el significado de la palabra infidelidad ha sufrido varias mutaciones en mi cabeza. Creo que no hay nadie que no haya vivido una situación de infidelidad, la más común y quizás dolorosa, es la amorosa. Esa que te hace musicalizar todos tus momentos con la canción de Emmanuel "Todo se derrumbó".
Sin  embargo, hoy conozco más gente infiel con razones, que personas que defienden a sangre la fidelidad. Y aunque aún así soy quizás de las talibanas que no comprende el porqué engañar (o engañarse), me hace sentido que sea un personaje que ronda en nuestra cotidianidad.
Hay dos cosas que me molestan de la infidelidad: el sentirse una estúpida, porque al rededor tuyo espectadores veían esta situación de engaño; y el sentimiento de no conocer a quien tienes enfrente porque creías que esa persona no te haría pasar por esa situación o que tú nunca la vivirías.
Lo que he entendido es que existe el perdón, lamentablemente mal entendido por algunos que perdonan y no olvidan. Es que tomar esta opción es la más compleja, ya que al igual que cuando mientes, debes hacerlo hasta la muerte. ¿Me explico? Si decidiste perdonar, no hay vuelta atrás. El tema murió ahí, y decidiste hacer borrón y cuenta nueva dejando, biblicamente, libre del pecado a quien tienes enfrente.Si perdonas y no olvidas, hay tortura y sufrimiento para ambos.
Una de las infidelidades menos reconocida, es la que nos hacemos nosotros mismos. Esa de olvidarnos de quienes somos, autoengañarnos, y perder el norte dejando atrás todo lo que creíamos, amábamos y predicábamos. No es simplemente cambiar de opinión, porque como bien dice la amiga tropical, hay que ser flexibles. Uno muta, cambia, aprende, crece, madura, etc. etc. Pero cuando te levantas un día y te das cuenta que estás viviendo la vida de otro, y un otro vacío, sin alma, sin sustancia...te has convertido en un infiel más.
La fidelidad está relacionado con la lealtad. Una palabra casi sin uso hoy, o me equivocó? digo en la cotidianidad de conversaciones con otros adjetivos y sustantivos. Y acá me detengo con el dar cumplimiento a nuestros promesas. Si bien soy de las que temen a las palabras prometedoras, he caído muchas veces en decir y luego no hacer o cumplir, causando tristeza y enojo en amigos y cercanos. Es que la infidelidad estás más presente de lo que creemos y ya no es una palabra lejana, ya no es una palabra, es una de las hostilidades en las que nos movemos diariamente.
Aunque parezca este un post negativo, o con tintes de reproche y de mujer herida, el gran sentido es tomar conciencia...jajaja no, el fin es plasmar en pocas letras, mi reconocimiento a los hombres y mujeres que día a día perdonan, olvidan, se enfrentan, viven la infidelidad.
Quizás la defensivaformalapasionadarigidaintensa *, humilde servidora que escribe, cada día comprende más a los infieles, y mis propias infidelidades...quizás.

*Apelativos recibidos durante fines del 2011, inicios del 2012, a mi persona.

lunes, 20 de febrero de 2012

Discriminación a las mujeres solteras

No, este no es un post feminista. Tampoco es una columna de opinión de temas de gran profundidad. Este es nada más que el humilde aporte escrito de situaciones que hemos conversado con amigas y que nos hacen sentirnos discriminadas o molestas.

El servicio de despacho a domicilio. Las empresas de cable o multitiendas creen que tienes todo el tiempo del mundo para esperar  un día  completo para recibir un producto por el que pagaste. Te dicen que el despacho es de 9am a 10pm, ¿qué rango de horario es ese? Y más encima cuando mencionas que te deben dar una hora determinada para recibirlo ya que trabajas, te preguntan ¿Y no tiene nadie más que lo pueda recibir? No srs. vivo sola, soltera, propietaria, ¿es tan difícil de entender?.

Invitación a matrimonio. Si un amigo/a se casa y sabe que estás soltera, te invita sola. Si porque eres la excusa perfecta para ahorrar en el presupuesto de la cena. A la pareja amiga, aunque le caiga mal uno de ellos, ni se cuestionará en invitarlos. En cambio uno tiene que poco menos que elevar solicitud para pedir ir con un amigo buena onda, para evitar ser LA soltera de la mesa y que te saque a bailar el viejo verde. Esta solicitud ya es penosa, y muchas veces te dicen que no pueden, que ya tienen todos los cupos ocupados.

Quizás cuantas otras hay por ahí y cuantas otras nos quedan por vivir.

martes, 14 de febrero de 2012

El choclo desgranado


Hace tres días compré choclos en la vega. Y recién hoy me animé a desgranarlos. Es que últimamente me ronda esta metáfora.
Nuca he sido de maíces tiernos con granos muy juntos. Pero, mientras uno más toma conciencia (o se vuelve más añoso), te das cuenta que las personas se separan, que las situaciones que disfrutabas ya no volverán y que lo que hacías todo los días rutinariamente por largos años, no existe más.
Familia que ya no está, que muere por edad o que aunque esté presente pareciera que no existiera (o quieres que no exista). Amigos que se pierden en el tiempo, con los cuales un día hablas y no hay nada en común y de pronto dejas de verlos, de llamarlos y de juntarte con ellos.
Muchas veces los rostros, con los cuales no tienes mayor lazo que el  compartir 5 días a la semana por 8 horas diarias, cambian y les pierdes el rastro. Y el entorno se llena de nuevos hábitos, de trayectos de ida y regreso que compartes con desconocidos y semáforos que tienen tiempos de rojo y verde que desconoces, cruzando a destiempo por una gran avenida de cualquier capital del mundo.
Hay granos de choclos que andan solos por la vida, juntándose con otros al pasar. Hay otros que andan en pareja (y que quede claro que este post NO es por el 14 de febrero), y no se separan, compartiendo su amarillento pasar. Y hay granos que luchan por revertir su soledad, tratando de pegarse a otros, o quedarse firmes en la coronta.