miércoles, 18 de diciembre de 2013

El gran vals (o el placer de volar)


Cuando niña la doc nos decía "mi sueño es ir a Europa con ustedes...Algún día todo el trabajo realizado ayudará a que viajemos junt@s" Y así fue. El sueño se cumplió y viajamos sin itinerarios bien definidos, ni tours, ni rutas marcadas en los mapas de turistas...y todo lo visto, olido, degustado, respirado, vivido...sobrepasó mis expectativas.

Volar es como un gran vals. La preparación para despegar, es el pedido de la mano del bailarín a la dama que espera sentada con su vestido pomposo, es el coqueteo y la entrega de confianza. Que momento lleno de emociones y sensaciones en el estómago!
El despegue es el primer paso de baile. Es el inicio de la danza en las nubes, comenzar a dar los giros elegantes, con los brazos extendidos y pies en punta. Hay que dejarse llevar y entregarse a los compases de la música.
Ya el vuelo, es llevar el paso, como si hubiéramos nacido danzando. ¡Qué sensación! De cero control, de dejarse llevar a un destino mejor que el lugar desde donde partimos, entrega absoluta en los brazos de tu bailarín.
Y aterrizar es la sensación de que el vals termina, donde los pasos finales son decisivos y puede ser suave y elegante; o quizás atarantado y torpe por la adrenalina de llegar a destino.

Volar y viajar en libertad. Esa libertad de desconocer donde llegaremos, donde lo que escuchamos no hace sentido en nuestra forma de lenguaje y lo que vemos nos asombra al punto de fotografiar cada esquina, calle y cartel que pasa frente a nuestros ojos de pupilas dilatadas.

El placer de la libertad, de saber que todo se inicia con un gran vals.

jueves, 10 de octubre de 2013

Hombre limpio caminando*


Este post se lo debo a tantas amigas que ríen y confirman que hoy, con más de 20 años (dijo la patua') se valora y premia- tantísimo- el hombre limpio.

Y no me refiero, señora, lola, dama, a este macho que se ducha todos los días, afeita su cara, pone desodorante en sus axilas, y perfuma su cuello...no! Es "más que eso". Hablo del varón que luce limpio, no radiante. Porque ver caminando a un hombre ultra limpio, con uñas cortísimas, piel casi transparente, debo decir que me perturba. Claro, porque en mi mundo de microrealidades estoy frente un maniático de escobilla de pelos duros para uñas y manos, set de cortauñas y diferentes artículos para limpiar codos y rodillas, que se lava las manos cada vez que "las ensucia".

Es que hay varias gamas de hombres- desafortunadas por cierto-que aunque cambien su ropa interior, usen la polera blanca recién lavada con omo matic, se duchen todas las mañanas (incluso los fines de semana, ¡sí señora!), se ven sucios, pasados a "ala", con olor a todos aquellos pliegues que escoden suciedad (y muchas veces, porque no decirlo, pelusas).

Y ud. pudiera decirme "bueno hay rock, hay bohemia, hay hipismo, hay olor a macho", pero no es una excusa! Queremos hombres limpios por dentro y por fuera. No es una gran petición. Y sí, ud. macho pensará "chis' y las mujeres que andan por ahí sin perfume de rosas precisamente y con bellos - no solo faciales-" ...es verdad, pero debo decir, y lo planteo como una duda, no sé si su sexo se fija al boleo, o a la pasada de que una mujer no es limpia o no luce limpia a simple vista.

Queremos a los hombres limpios!, los exigimos ( y no soy solo yo)!. Nos gusta  esa gama que no luce trasnochado, que la ducha se le nota, que la ropa limpia la luce. Es una cosa de vista más que de olfato (por lo menos en mí que tengo poca percepción de olores)

¡Es una declaración de las mujeres con más de 20 años!

*Me gustó el título como la película "Hombre muerto caminando"

lunes, 30 de septiembre de 2013

Microcuentos: "Mujer NO sexy"


"Definitivamente su estómago no era lo más sexy de su cuerpo"- Desde hace más de una semana que quería iniciar un cuento con esta frase, pero lo complejo y deseable del cuerpo de ese otro no la dejaba.

Soñaba con contar los lunares de su pecho, besar incansablemente su piel y acceder a noches de lujuria que nunca llegaran al amanecer.

No era una mujer sexy por definición establecida en diferentes diccionarios. Tampoco era una mujer que paraliza el tráfico o aquella a que se dan vuelta a mirar en la calle. Y eso la alejaba del placer constante de mirarse en los espejos para retocar sus mejillas, arreglar el labial y combinar la mini y medias de encaje.

Pero al verse en los ojos y caricias de quien la amaba en octubre del 2000 ó marzo del 2013, era una sex symbol, que alentada por el reconocimiento ajeno en el acto del amor, podía amanecer siendo una chica de pelo suelto ondulado graciosamente enredado en sus pechos y con una sonrisa perfecta en conjunto con las imperfectas pecas de su rostro.

"Qué se esconde en tus imperfecciones y belleza atípica"- Se preguntaba por ella y por él. Sabía que al escribir cuentos con nombre y apellido, se arrepentiría años más tardes anhelando nostálgicamente el placer de las sensaciones que evocarían esos textos, por eso no tituló sus escritos con protagonismos.

El conjuro de noche y de día que la transportaba a escenarios perfectos y muchas veces adversos, no la permitían ver más allá de su ombligo, y del ombligo de él...cuántas historias baratas seguiría recogiendo por ahí aquella mujer NO sexy para conformar su propia historia de amor y deseo, de la cual escapaba y se escondía en laberintos escritos. Nadie más que el destino, lo sabía.

viernes, 9 de agosto de 2013

No es el orginal



Socializando hoy sin pudores, y sin los prejuicios de la niñez, debo confesar que "Yo no tuve el original cuando niña". Efectivamente, soy de ese grupo humillado por no tener la plasticina Jovi Rhein, triangular y de colores vivos. A cambio, mamá me comparaba la circular, de colores oscuros como burdeo, plomo, verde botella, que se pegaba en los dedos y se volvía una masa sin forma.

Pedí a mis 8 años un Popple, y recibí un prendedor de este dibujo animado. A los 9, quise que el vejito pascuero me trajera un  My Litlle Pony, y al parecer no entendió y me regaló un bolso que tenía dibujado este caballo y como gran gracia tenia la cola con cabello para peinar. Imagínense lo looser que me veía jugando con un bolso a peinar al little pony!.

Luego vinieron los Cariñositos, Rainbow Brite, Frutillita y una serie de otros monos, lápices, barbies, dondo tan redondo, etc etc etc. Pero nunca llegó el producto original que Otto Kraus promocionaba en la televisión a color de perilla, o que ofrecía  Rochet el Castillo del Juguete.

Eran otros tiempos. Los padres hacían esfuerzos para tener regalos en navidad, sumando al discurso navideño que acompañaba la apertura de cada presente:  un relato emocionante de los regalos que recibían ellos (un plátano, una cereza, un hilo para bordar) y el valor que teníamos que darle a lo que compartíamos esa noche en casa. Palabras que en ese entonces sonaban a la voz de la profesora de Snoopy, pero que hoy de seguro quienes son padres la repiten o les hace sentido.

Yo fui de la generación donde tener panty L'eggs en huevito era lo máximo, y la compañera que llegaba con ellas era admirada. Tiempos en que el que tenía una caja de lápices Paper Mater mágicos y fosforescentes, se convertía en el popular de la clase. Días en que coleccionar esquelas evidenciaba tu feminidad, y jugar con guaguas en coche hacía creer a las madres que algún día estaríamos preparadas para ser mamás, y les entregaríamos nietos (ja!)

Pero a pesar de no haber tenido el original, de no conseguir que me regalaran la máquina para hacer palomitas o algodón dulce, y soñar con tener la muñeca Rosalba para ponerle mis vestidos y peinarla, sí disfrute de jugar a la panty o al elástico, la matanza, o la botellita envenená y compartí con un grupo de niñ@s que me prestaba sus originales, para disfrutar aunque sea por esa hora de juegos en casa ajena, de aquellos productos que mis padres no podían comprarme.







viernes, 2 de agosto de 2013

El abandono de las cosas



La zapatería del barrio, sí sr. sra., esa que está a la vuelta de su casa, esa de paredes sucias, vitrina estancada en los 80s y con cajoncitos donde las señoras con tubos esperan escondiendo sus pies con pantimedias por sus renovados zapatos de gamuza, esa tiene historias escondidas...Historias que esconden sentimientos de abandono.

Hay una repisa al final del local con mucho zapatos (pares o impares) que miran hacia la puerta del negocio esperando, con cierta esperanza, a que sus dueños lleguen por ellos. Están abandonados. Aunque tengan sus tapillas nuevas, el polvo de la zapatería los ensucio nuevamente. No están lustrosos, no están en los pies de alguien.

¿Cuántas veces han dejado abandonado un par de zapatos? Ellos conversan, se miran y sacuden sus tacos comentando la humillación de haberse quedado olvidados en un local desconocido donde muchos llegan por días y regresan a sus closet...los menos afortunados habitan por siglos ahí, en la repisa de la deshonra.

La lavandería es otro lugar de abandono constante. Plumones floreados, acolchados de 1 plaza, más cuicos de plumas, mueren asfixiados en bolsas plásticas que esperan ser abiertas al llegar al hogar...pero eso nunca sucede. Largos abrigos, pantalones, camisas, faldas y hasta trajes de fiesta quedan reunidos en colgadores de los que nunca serán descolgados. "¿Crees que vendrán por ti mañana?"- "Sí, mi dueño me necesita. Lo escuché decir que necesitaba renovarme y quedaría lista la tenida para la fiesta"- "Mmm, aún tienes esperanzas y sueño por lo que escucho"...Estas son las conversaciones que tienen diariamente para pasar el tiempo entre planchas de vapor, lavadoras industriales, bolsas, ropa sucia recién traída y conversaciones de señoras con delantal blanco y manos grandotas con callos.

Las casas de l@s ex, de los prim@s, los departamentos de la playa, también son lugares donde las prendas de ropa, cds, libros, anteojos, colet, carteras, joyas quedan desparramadas sin volver a su lugar de origen. Quizás tengan mejor destino, quizás un nuevo dueño los tome y los lleve a viajar o a vivir historias más interesantes que las ya vividas.

¿Qué piensan las cosas abandonadas? ¿Sufre el paraguas abandonado en la calle en medio de la lluvia con sus bastones quebrados? ¿Querrá salir de la zapatería ese par de mocasines fuera de moda?...

 Este corto de Pixar me avala


lunes, 3 de junio de 2013

La Familia

León me regaló una vez una postal con un árbol: eran sólo ramas, sin hojas e inclinado hacia el lado derecho (o izquierdo según se mire). Se observaba que era añoso, y sus raíces se mantenían firmes en la tierra contra viento y marea. León me dijo que este árbol reflejaba nuestro amor.

Quizás me advertía- sin saberlo- que la foto reflejaba nuestra familia. Somos 3 ( ó 4, aún me lo pregunto), y se suma Helen, mascotas y abuelos semi presentes, semi hincha pelotas, semi ausentes sin rostro. Biológicamente hay primos, tíos, supongo que otros apelativos que desconozco. Y sin la intención de lamentarme, aunque con cierta nostalgia de peliculones italianos familiares como El Padrino, creo que ese árbol pelado de la postal hoy se ha convertido en una alameda frondosa llena de "familia elegida", los amigos.

He conocido de asados, almuerzos familiares, abrazos de marido y mujer, fotografías de gente achoclonada, cumpleaños con tortas para 20 personas que se hacen chicas, navidades con intercambios de regalos que toman horas, discusiones sobre el polol@ nuev@ que involucran a todas las tías, bautizos con encarpado y mesas que reúnen hasta a los bisabuelos, paredes con fotografías antiguas de vacaciones con autos llenos de maletas, cocimiento de humitas, domingo de pantrucadas, y tantas otras manifestaciones gracias a mis amigos.

Me he colado en casas ajenas durmiendo en literas, en campos con el baño afuera de la casa, en fogatas con guitarreo, en matrimonios de familiares de la familia de mis amigos y en silencio observo, me emociono y me deleito con las conversaciones que generan estos grupos humanos, en las risas y a veces peleas tontas.

Puede que no sea fan de muchas expresiones, pero debo asumir mi admiración y quizás fanatismo por las familias y los hogares que conforman mis amig@s. Los que forman junto a sus padres, hermanos y parentela o la que forman junto a sus espos@s e hijos.

Como una secuestradora de emociones, y siempre observadora de microrealidades, disfruto de las inclusiones que me ofrecen mi familia elegida...mis amigos. Y espero un día, formar la famosa mesa té club junto a los míos, los nuestros y los tuyos.

miércoles, 17 de abril de 2013

Lo que nos mueve


Estamos frente al computador y nuestro pie izquierdo sigue el ritmo de la batería o bajo de la melodía que escuchamos en ese minuto.
Llegamos a un bar, y suena una canción que nos hace movernos e "iniciar la fiesta".
Pegados a la reja que nos separa del escenario, sudamos y cabeceamos junto a los músicos en escena.

"Con un solo zapato no se puede caminar...", "...It's true. Baby I'm howlin for you...,"You are the last drink i never should drunk...", "Tanto creo en ti..." y tantas otras frases que, como en una canasta familiar, cobran sentido junto a la guitarra, bajo, batería y quizás unos bronces, piano o violín.


¿Cuántos de nosotros no hemos caminado frente al mundo cotidiano de las 8 am, audífonos y volumen infinito, pensando que en ese minuto somos personajes principales de la escena número 1 o final de la película llamada "mi vida"?. ¿Quién no ha dedicado (o para los más cursis o románticos, regalado) una canción?. Quizás alguno de los (pocos) lectores de este blog han elegido un tema para entrar a la iglesia el día de su matrimonio.


Me fascina (o supera) que la música nos una sin tener que hablar la misma lengua, ni conocer el contexto del autor. Ese bello  proceso en que la creación deja de ser del artista y es coreada por miles de personas en un estadio, aunque sea tarateada solamente, o consiga sólo unir las voces en el coro, o esté en un inglés rebuscado (e inexistente por cierto).


Compramos discos, consumimos radios, pasamos horas de nuestros días con canciones en la mente, o buscamos aquella que nos da nostalgia para ponerla en Facebook. Y si nos ponemos un poco antropólogos o cercanos a los sociólogos, ¿no es acaso el hablar un acto melódico? Hay tonos de voz, nos provocan frases del otro, nos acompaña la voz de la madre desde el útero.


Nuestro cuerpo se comunica de una forma única con música. Las caderas pueden volverse candentes al ritmo de un son cubano; los brazos manifiestan fanatismo al escuchar rock; y las piernas se entrecruzan y aman con el tango.


Horas, escritos e historias pueden converger en hablar de lo que nos mueve. El Do, Re, Mi que sin tener enfrente una llave de sol, ni estar en un pentagrama, habitan en nuestras vidas más o menos melómanas y convierten las microrealidades personales en videoclips que merecerían, por cierto, estar en el MTV de los '90.




martes, 2 de abril de 2013

Punto de "fuga" (o depende del punto de vista)

I
Te miré los pies bajo la ducha y pensé...Me fijé en tus rodillas huesudas, los pelos estirados y lacios pegados a tus piernas, la silueta de tus dedos redondeados sin mayor gracia y el peso de tu cuerpo en tus pies que se evidenciaba en las venas azulinas marcadas.

II
Te miré los pechos...Fue de reojo, no presté mayor atención, la verdad me cuesta abrir los ojos bajo la ducha y me dedico a disfrutar (te) y no quiero pensar. La forma de tu barriga me deja entrever el filo de tus pechos. Hago contacto con tus ojos, y sin conmoverme...continúo.

III
A veces miro tu cara, desde abajo...la verdad no quiero mirarte sino que me veas tú a mi. 
La actuación y modalidad de mis muecas suman a la escena un toque cinematográfico. Me gusta más hacerte creer que te miro, que encerrarme en tu interior.

IV
Si no cierro los ojos para concentrarme, siempre me encuentro con tu barriga, tus pechos y tu cara...y en ese orden. La respiración que moviliza tu cuerpo es la que cambia, es la que altera mi visión de los hechos.
Pero no me detengo, incluso cuando me aprietas e imploras que me vaya...termino la batalla de poseerte.




lunes, 25 de marzo de 2013

Lengua dura


A quienes les de asco y pudor la lengua, glándulas salivales, dientes, caries, no leer este post. O quizás si le sirve para hacer terapia y enfrentar (se)  estos temas, hágalo y disfrute de las historias breves pero reales que se involucran con la boca (me encanta como suena esta palabra)

"No lo besaba. Y besos con lenguas, ni hablar. Me daba asco su boca. Le tenía que decir por favor cepíllate los dientes". Esta es el titular que marca mis ganas de escribir sobre el beso, la boca y la lengua...y en este orden.

Le paso a la chica poder O2. Quien con rabia me confesaba esta realidad que vivía con su ex pinche. Y mientras yo lanzaba una carcajada, ella estaba aún con enojo por la situación y se lamentaba de la boca de su ex, de su falta de aseo y de que no se lavara los dientes ni fuera al dentista ni siquiera motivado por acceder a besarla. Yo le decía "ríete de la situación loca", aunque ahora que me detengo, debe dar bastante rabia no poder besar a tu love, porque sabes que al introducir tu lengua en esa boca amada, los microbios harán tremenda fiesta y se trasladarán a vivir en ti.

Lo más cercano a esta situación que he estado es la de los pinches fumadores, pero esos extremos (que de seguro si leen este post deben estar diciendo "chis, ella po, la que no fuma y tiene la boca con olor a rosas"). O quizás haberme alejado de algún compañerito de banco que me gustara, pero mucho antes de pensar si quiera en besarlo.

Debo confesar que la boca es lo primero que miro en el sexo opuesto. Y no es que yo tenga una boca de vitrina, pero encuentro sexy unos dientes bien cuidados y unos labios carnosos. Es más, no se si les pasa pero los labios finos me producen desconfianza, claro que si arriba de ellos hay un buen bigote (siempre hablando del sexo opuesto, en mi caso, hombre) o una nariz de esas con personalidad, puedo olvidar el detalle de la desconfianza.

La lengua, ya es otro tema. Más que su contextura, es su movimiento y juego en el beso lo que aprecio, y aunque much@s se hagan los lesos, todos hemos evaluado alguna vez esta acción. Una lengua que juega con los tiempos, que es invasiva y a la vez se deja atrapar, enciende las pasiones...en cambio aquella con incontinencia, brusca, que da golpes en nuestra boca puede provocar incluso el alejamiento total y declinar nuestra opción de pasar al segundo nivel (¿sí me entiende, cierto?)...Debo decir que son solo opiniones de los besos casuales, esos que se encuentran por ahí. No soy quien para evaluar los besos de la pareja, el novio, el esposo, el pololo, cuando uno ama, no hay evaluación!

Ahora un tema que siempre me ha llamado la atención (y que combina el beso, la boca y la lengua) es la demostración afectiva de los viejitos. No deja de ser tierno, pero...ver los besos de los abuelitos siempre me evoca que son sin saliva y como con los labios tensos y arrugaditos, como que necesitan mantequilla de cacao antes de besarse. Y al encontrarse hombre y mujer de tercera edad, y unir sus bocas, se revelan sus lenguas duras.

Quizás me expongo a varios malos comentarios sobre mis juicios, pero el que no haya tenido estas reflexiones o pensamientos pasajeros quizás, y que no se haya encontrado alguna vez en esta o en vida pasada con una lengua dura, que lance la primera piedra (o el primer comentario)

domingo, 17 de marzo de 2013

Camiones con carro de arrastre

La libertad de manejar...la libertad de subirse a un automóvil, prender la radio, acomodar los espejos y emprender ruta. Aunque tengas el recorrido marcado en tu mapa de ruta, o el viaje esté determinado por quienes te acompañan, y tengas un destino final...emprender viaje siempre tiene aroma a aventura y libertad.

Pero no siempre podemos emprender el viaje con tanta liviandad, ya que traemos una carga, más pesada de lo normal, que sin ser nuestra, depende de nuestras directrices y guías.

Hace algunos días, pensaba en lo difícil de manejar un gran camión. Esos que transportan maderas por el sur, o animales y otras cargas, y que al pasar por el lado de ellos en la carretera te alejan hacia la orilla del camino.

Me preguntaba, qué razones harán que un chofer quiera tomar ese trabajo y "echarse" esa carga encima. ¿Qué características debe tener alguien para este oficio?, ¿cuáles serán las condiciones que debe sortear, más allá de los trasnoches, enfriamientos y comidas de madrugada en las hosterías del camino?...

Y un martes cualquiera, en plena ruta, apareció un camión de carga frente a mí. La escena era cotidiana y sin trascendencia para cualquiera (cualquier normal que no se llena de microrealidades la cabeza). El chofer luchaba por enderezarse y poder entrar, de cola, hacia el lugar de destino final. Como si eso no fuera poco, el entorno de carretera estrecha y su carro de arrastre, más el taco que se estaba formando hacían prever una tragedia....

No fue así: el chofer logró maniobrar perfectamente su camión con carro de arrastre y casi como una bailarina que hace su mejor paso en escena, su acto final fue hermoso y liviano.

Quizás quienes tenemos esa labor de cargar con nosotros y los que vienen detrás, tenemos el don de manejar la situación. No debe ser al azar que algunos de nosotros seamos los choferes de caminones cn carro de arrastre. Quizás hasta lo buscamos y nos sentimos los únicos capaces en nuestro alrededor de ejercer este oficio...y nos llega muchas veces y aprendemos a golpes a emprender ruta, girar, tomar velocidad y frenar cuando es adecuado.

Lo triste de esta historia es que mientras nos convencemos de ser estos choferes, hay choques, panas e insomnios...que vivimos solos, en nuestros camiones. Es cierto, conocemos mucha gente en el camino, quienes hacen más llevadero nuestro viaje, pero nadie conoce nuestra ruta y nuestra carga tan bien como nosotros.