martes, 19 de junio de 2012

Las migajas de Pulgarcito


Cuando pequeña, uno de mis cuentos favoritos era Pulgarcito. Hoy me entero que hay varias versiones, pero la que más me gustaba, lo muestra muy pequeño (y sufrido jeje) y le da protagonismo a las migas de pan que dejaba en el camino al bosque.
Este cuento tiene varios elementos que revolotean por mi cabeza. Primero la necesidad de subsistencia de un ser tan pequeño, que aún así debe salir a "salvar a su familia" y lo desprotegido que está. En Chile actualmente somo tantos los ciudadanos pequeños desprotegidos: sin poder ejercer nuestros derechos;
violentados por el mercado y la creación de necesidades inexistentes hasta antes de consumirlas como zombies; sin redes de apoyo a quien acudir; solos perdidos en un bosque donde un "lobo vestido de hombre" nos infunda temor de vivir la vida desde la libertad de expresión ciudadana.
Las migajas, sin duda son una señal que en el ámbito de los afectos. Somos (¿soy?) consumidores de migajas. Los afectos son por ratos, por momentos: van y vienen. Nos conformamos y sobrevaloramos un abrazo, una sonrisa, un favor, un beso. Está bien, hay que celebrar los gestos de cariño (en todas sus formas) pero también es rico tener la marraqueta (o pan francés) completa. ¿Por qué no querer más de aquello que nos gusta o nos hace feliz? ¿por qué tener que conformarnos con las migajas que quizás otro pájaro en el mismo vuelo que nosotros deshechó? Afirmo y declaro: estoy cansada de las migajas.
Y finalmente, las grandes botas con las que escapa Pulgarcito de la casa del ogro, creo que en el cuento de muchos de nosotros podemos evidenciar los grandes desafíos que muchas veces tomamos sin darnos cuenta lo peligroso que hay en ellos. También, cuando asumimos cargas demasiado pesadas, que no son para nosotros, luchas que no debemos liderar...porque sí hay que liderar nuestras guerras y combates, pero ojo "las nuestras".
No sé si haya entendido bien las moralejas que el autor se planteó para dejar con este cuento, pero me gustan las historias, las microrealidades, y me gusta ser protagonista de ellas y sé que esto conlleva un montón de aprendizajes, riesgos, penas y alegrías...hoy por hoy me quedo con las alegrías y moralejas...¿ud.?

domingo, 10 de junio de 2012

Lo que me gusta de los hombres

A propósito de la columna de Rodrigo Guendelman respecto a lo que les gusta a los hombres de la mujeres, que por cierto no hubiera leído si no fuera por una referencia- piropo que recibí, me animo a escribir lo que amo-admiro-gusto-quiero de los hombres. Y no quiero generalizar, pero creo que en algunas de estas características coincidimos con amigas y conocidas.

El talento: no hay nada más sexy que un hombre talentoso. Poder mirar lo que hace por horas, o que te conmueva escuchar sus historias. O quizás simplemente que te invite un día a compartir con él a lo que se dedica. Lamentablemente, a veces el talento, va combinado con un fuerte ego. Que identifico claramente como necesario, pero que por lo general las cuotas de este componente echan por la borda lo talentoso que puede ser un hombre. El talento asumido en su justa medida, me mata.

Las marcas en la piel: Debo confesar que un pequeño corte en el labio, los lunares dispersos por el cuerpo, las pequeñas cicatrices en las cejas, las venas que se marcan, y un sin número de huellas que hacen de  una piel distintiva, me gustan. Tengo varias explicaciones: primero sentirse relajada y en confianza ya que uno tampoco tiene la perfección, vió? Pero también creo que se convierte en evidencia de historias y cuentos de ese hombre, que quizás nunca lleguen a develarse, pero se dejan ver e incitan a conocer más.

Apasionados: No sólo por el fútbol, aunque es válido también. Por la comida, por el baile, por los viajes, por el cine, por los libros. Que viva a concho! Que la intensidad, bien llevada, sea una cualidad. Más que emocionalmente inestables-eso déjenlo para una-volátiles, adrenalínicos y full extreme aventura, que tengan opinión, gustos, y los defiendan y vayan con ellos a todos lados.

Piroperos: Que rico sentirse mina junto a quien quieres. Y los piropos van desde lo cotidiano: "Que linda amaneciste hoy", hasta más rebuscados como dedicarte una canción o resaltar lo bello que tienes los labios o impresionarse cuando te pasan a buscar para salir y tú te has arreglado toda la tarde.

Que deseen tanto estar ahí: No hay nada más mata pasiones, a mi parecer, que el "estar". Cuando tu pinche-pololo-pareja te acompaña a un lugar y pareciera un accesorio más de tu tenida. Y me imagino que eso pasa para ambos lados. Me cautiva alguien que se suma a tu mundo, que cuando están juntos, disfruta a concho. Y no estoy hablando de no tener rutina, ya que ese tema está bien manoseado y aunque te recomiendan "no caer en ella" es inevitable. Debe saber sr.(a) lect@r que a mi me gustan mis rutinas. Hablo de un hombre que  busque nuevas formas de tomarte de sorpresa para tener una tarde de pasión; o que sea quien sirve los tragos a tus amigos en el cumpleaños del fin de semana; que te sientas deseada y acompañada a su lado, no la "buena amiga de años" o la "polola con la que lleva más de 3 años y le da hasta lata terminar con ella". Que estén contigo porque quieren, no por que "es lo que hay y me siento cómodo".

Tengo plena claridad que no se dan todas estas características juntas y combinadas, y que también uno debe dar y recibir ( o estar a la altura de las circunstancias). Finalmente, es re fácil describir siempre lo que NO nos gusta de alguien, lo que NO queremos, lo que creemos que el otro hace mal, y esto en todos los ámbitos de la vida. Os llamo a usar su destacador favorito para recalcar lo bueno del que tiene junto a ud. o las virtudes que siente que son su plus, o todo lo bello que ha visto hoy.