jueves, 6 de julio de 2017

Ahí vas


Tú te vas, yo me quedo. Tú siempre te vas, yo siempre me quedo.
Quizás tu cuerpo liviano y paso ligero te hacen danzar por los contextos y lugares sin prisa aparente.
Observas, te ríes, conversas... y ya comienza tu marcha de nuevo.

Nuestras conversaciones partieron en aulas de periodismo en Conce, en depas de la Remodelación Paicaví, en la torre 10 de San Borja. Y siguieron en Pataguas, Córdoba y hasta New York.

Tú te vas, yo me quedo. Tú siempre te vas, yo siempre me quedo.
Quizás tu pasada veloz por calles, casi sin ver semáforos y autos, te hacen conocer más rápido los lugares que habitas, aburriéndote pronto de los paisajes oloros/sonoros.

Opinante observante en colores café, rojizos, azules. Se suman otros tonos en tus lanas de invierno. Ese invierno que te pone a tejer más, a leer más, a viajar más, a soñar más.

Tú te vas, yo me quedo. Tú siempre te vas, yo siempre me quedo.
Quizás por eso los abrazos son más apretados últimamente, y las conversaciones suman a mi Mati, que también ahora es tu Mati.

Quiero que nos reúna siempre:
un buen vino,
un concierto,
una salsa hecha por ti- en tus frascos queridos- ,
una escapada de la ciudad,
un llamado de esos sin razón que no entiendes,
un mensaje,
una conversación estúpida donde "creemos" que matamos a un famoso,
un abrazo de esos apretados que me gustan y que has aprendido a dar.


jueves, 11 de mayo de 2017

Cardumen








De Conce, 33 años - al momento de esta microrealidad, por cierto-, de caminar rápido y braceo amplio, sola o acompañada. Amigos, cerveza, vino o piscola, papas fritas, un concierto o una película. Bueno...ya va...también ansiosa, emotiva, sensible, carcajadas, groserías, lágrimas, ausencias.

Con el caminar rápido y braceo amplio, un día viendo imágenes y gráficas  me encontré con estos peces, todos juntos y revueltos y aún así funcionando. No vengo del "achoclonamiento", ni la mesa Té Club, ni los domingos de sobremesa. Ni de las vacaciones con los primos, las fiestas de fin de año con los tíos en Valparaíso, ni los recuerdos en la cocina con los abuelos.

Pero en enero del 2015 empecé la vida con el Pelao...la vida en conjunto, esa de acostarse y despertarse. Esa en que los sábados y domingo se cocina en casa. De comprar colchón, sábanas, cubrecama y almohadas. De secarse a veces con la misma toalla o usar las pantuflas del otro... sí, aunque a mi me queden grandes, y a él no le quede bien el morado con puntos blancos.

Entonces entendí el cardumen. Y empecé a navegar en aguas tibiecitas, podía ver claramente el fondo del mar, con mareas y momentos vertiginosos, para luego recibir una llovizna que calma. Todos juntos por elección mutua. Y viviendo el cardumen, recibiendo a nuevas personas y familia en mi familia- y pensando y pensando en esta idea de cardumen-llegó la esperada, la niña, la tantas veces nombrada- en caminatas por calle Lira de domingos al medio día- la Crespa.

Sin entrar en palabras redundantes y cargadas excesivamente de belleza- y los típicos lugares comunes inevitables al hablar de ella- Crespa se sumó al cardumen y se pegó a mi guata y a los brazos de Pelao y empezó la travesía con nosotros.  Hay días en que se aleja y nos mira desde su isla de juguetes y travesuras....pero otros se apega y nos alumbra el  camino con sus ojos que todo lo saben, que todo lo entienden, que todo aman.

23 de abril y venías en camino, y hoy 1 año y dos meses, te celebramos y seguimos juntos y revueltos y aún así funcionando, en el cardumen.


"Hace unos tres meses ando pegada con la idea de cardumen. 
Tengo que escribir de este tema!!"Instagram, 23 de abril, 2015.