sábado, 15 de febrero de 2014

Jubilarse


Es difícil cambiar de hábitos: dejar de fumar, tener una mejor alimentación, leer más, dejar de andar en el transporte público por la bicicleta.
Difícil es irse de un lugar que hemos habitado por más de 40 años (lo escribo y me da escalofríos), dejar de recorrer a las 8.30 de la mañana la avenida que caminaste tantas veces de ida y de vuelta, por la misma vereda, fijando tu vista en las mismas cosas que rara vez te sorprendían.
Ahora tenemos tiempo! y suena como un sueño. Tiempo para todo lo que queríamos hacer y por la carga horaria que te mantenía en un solo lugar de 9 a 6 de la tarde no podías hacer. Pero tener tiempo ahora que caminas más despacio, que te cuesta entender cómo funciona la locomoción o la tarjeta bancaria que te rehusaste a usar hasta hace dos meses ya que era un paseo ir a buscar la chequera al banco y encontrarte con tus conocidos contemporáneos...ahora esa palabra retumba con eco en las 4 paredes que habitas.
¿Quién te prepara para "tener tiempo"?. Los espacios de silencio son mayores, las conversaciones melancólicas con la almohada aumentan y los días se hacen largos, aunque los meses y años cada vez son más cortos.
Jubilarse del trabajo, del oficio,de lo que has hecho por más de 40 años es doloroso. Y para los hijos ver que tus padres se quedan fuera del lugar donde estaban más cómodos y brillaban, es también doloroso.
La reflexión de estos días es que los padres en su rol, también se jubilan. Y si lo piensan, cuando pasan a ser abuelos ó, en una situación más tristes, vuelven a ser niños, estan dejando ir "ser padres".
Ya no son los que siempre siempre tienen la razón. No tienen todas las respuestas. La fortaleza de su imagen ya no está, y más que cobijarte en sus brazos sabiendo que nada ni nadie podrá hacerte daño, sientes la necesidad de protegerlos a ellos.
¿Quién te prepara para que tus padres se jubilen? Ó para ver cómo las arrugas comienzan a achicar sus ojitos y a dormirse cada vez que encienden la televisión a eso de las 8 de la tarde... nos queda largo camino por recorrer y con mucha paciencia.

A la doc con inmenso amor.

jueves, 13 de febrero de 2014

Microcuentos: El profe de inglés


"Me levantaba, tomaba la cucharada de aceite de lobos, su pan tostado con mantequilla y listo. Furgón o micro pal liceo, risas, dibujar algo en el cuaderno mientras la profe hablaba y esperar salir a recreo.
Pero cuando sabía que tocaba con el profe de inglés, la mañana empezaba antes. O la entrada al liceo era más tarde, jah.
Es que el loco no te dejaba pasar la puerta de la sala si te veía la barba un poco crecida.... Y qué si eran unos pelos no más.
Me tocó no entrar varias veces, y era una tontera porque perdía la clase por no afeitarme.
Ahí llegaba la inspectora wena onda y le decía que nos dejara entrar. Era la única que lo lograba, jajaja.....Sí, solo cuando tenía clases con el profe de inglés, si me acordaba, me tenía que afeitar"

Problemas light de gente con peso II

1. Comprarse un traje de baño que no es bikini, pero tampoco sea de "vieja" entero y busto armado.

2. Ropa interior que no marque el rollo de la espalda ni el rollo neumático.

3. Encontrar un short de mezclilla que sea lo bastante largo para tapar tus tutos y aún así no sea la bermuda de mamá en paseo de curso.

4. Encontrar una bebida alcohólica rica y barata. Porque la champaña ó siútico espumante es caro vió.

5. Encontrar un snack que te de energía después del gimnasio pero que sea tan rico como el "snicker".

6. Que tu mamá sureña entienda que "no te ves linda", "no estas más delgada" cada vez que te ve y pueda entregarte cariño pero sin comida :/

7. Encontrar ropa sexy que te quede, ya que toda viene en esa maldita talla única.

8. Ir a Patronatos con tus amigas y no ser la que sólo da las opiniones "te queda súper" o la que carga las bolsas mientras ellas se prueban.