viernes, 2 de agosto de 2013

El abandono de las cosas



La zapatería del barrio, sí sr. sra., esa que está a la vuelta de su casa, esa de paredes sucias, vitrina estancada en los 80s y con cajoncitos donde las señoras con tubos esperan escondiendo sus pies con pantimedias por sus renovados zapatos de gamuza, esa tiene historias escondidas...Historias que esconden sentimientos de abandono.

Hay una repisa al final del local con mucho zapatos (pares o impares) que miran hacia la puerta del negocio esperando, con cierta esperanza, a que sus dueños lleguen por ellos. Están abandonados. Aunque tengan sus tapillas nuevas, el polvo de la zapatería los ensucio nuevamente. No están lustrosos, no están en los pies de alguien.

¿Cuántas veces han dejado abandonado un par de zapatos? Ellos conversan, se miran y sacuden sus tacos comentando la humillación de haberse quedado olvidados en un local desconocido donde muchos llegan por días y regresan a sus closet...los menos afortunados habitan por siglos ahí, en la repisa de la deshonra.

La lavandería es otro lugar de abandono constante. Plumones floreados, acolchados de 1 plaza, más cuicos de plumas, mueren asfixiados en bolsas plásticas que esperan ser abiertas al llegar al hogar...pero eso nunca sucede. Largos abrigos, pantalones, camisas, faldas y hasta trajes de fiesta quedan reunidos en colgadores de los que nunca serán descolgados. "¿Crees que vendrán por ti mañana?"- "Sí, mi dueño me necesita. Lo escuché decir que necesitaba renovarme y quedaría lista la tenida para la fiesta"- "Mmm, aún tienes esperanzas y sueño por lo que escucho"...Estas son las conversaciones que tienen diariamente para pasar el tiempo entre planchas de vapor, lavadoras industriales, bolsas, ropa sucia recién traída y conversaciones de señoras con delantal blanco y manos grandotas con callos.

Las casas de l@s ex, de los prim@s, los departamentos de la playa, también son lugares donde las prendas de ropa, cds, libros, anteojos, colet, carteras, joyas quedan desparramadas sin volver a su lugar de origen. Quizás tengan mejor destino, quizás un nuevo dueño los tome y los lleve a viajar o a vivir historias más interesantes que las ya vividas.

¿Qué piensan las cosas abandonadas? ¿Sufre el paraguas abandonado en la calle en medio de la lluvia con sus bastones quebrados? ¿Querrá salir de la zapatería ese par de mocasines fuera de moda?...

 Este corto de Pixar me avala


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