lunes, 14 de febrero de 2011

El verano: un estado de ánimo


Un día en un concierto de Banda Conmmoción lancé una frase a un desconocido: "El verano es un estado de ánimo". Y lo que comenzó como una acción para "hacerme la linda y cool" se convirtió en mi filosofía de este año.

Me niego a creer que el que no tiene vacaciones porque ha comenzado recién a trabajar, tiene proyectos que llevar a cabo lo que le impide moverse de la ciudad o simplemente no tiene dinero para el siempre bien considerado paseo a la playa, deba conformarse con no disfrutar de ese estado de hacer nada o hacer todo lo que uno quiere y no puede durante el año.

Es que ¿cómo el periodo por definición de disfrute, pérdida de la noción del tiempo, alejamiento del estrés de la ciudad está estipulado en duración, época del año y definición de fecha por tu empleador? o ¿por tu condición económica? Es paradójico.

Por eso decidí tomarme todo los fines de semana para salir de paseo, hacer jugos en la juguera nueva, piscinear (no sé si existe este verbo), quedar con bronceado caribeño, tomar once con pan francés (o marraqueta o pan batido) tomate y palta, disfrutar de un mango sour o daikiri un lunes por la noche.

Todos somos merecedores de unas vacaciones, y lo mejor de definirlas como un estado de ánimo es que no dependen de uno o dos meses exactos, sino que pueden durar por siempre.

3 comentarios:

  1. toda la razon amiga!!!!!! y en todo caso es bien cool tu frase...
    Keni.

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  2. Si!! obvio que nadie debería condicionar nuestras vacaciones, de hecho, podríamos tener vacaciones eternas si uno se lo propone, asi que me anoto para su daikiri de lunes, su martes de cine, su miércoles de tecito, su jueves de bailoteo y su viernes de chapuzón, usted eliga!

    Además, dato importante es la compañía y tu eres una de las más agradables! ahh, pendiente la bici y la cueca, saludos!!

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  3. lo mejor es que con esa actitud, puede ser verano todo el año!!

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