lunes, 25 de marzo de 2013

Lengua dura


A quienes les de asco y pudor la lengua, glándulas salivales, dientes, caries, no leer este post. O quizás si le sirve para hacer terapia y enfrentar (se)  estos temas, hágalo y disfrute de las historias breves pero reales que se involucran con la boca (me encanta como suena esta palabra)

"No lo besaba. Y besos con lenguas, ni hablar. Me daba asco su boca. Le tenía que decir por favor cepíllate los dientes". Esta es el titular que marca mis ganas de escribir sobre el beso, la boca y la lengua...y en este orden.

Le paso a la chica poder O2. Quien con rabia me confesaba esta realidad que vivía con su ex pinche. Y mientras yo lanzaba una carcajada, ella estaba aún con enojo por la situación y se lamentaba de la boca de su ex, de su falta de aseo y de que no se lavara los dientes ni fuera al dentista ni siquiera motivado por acceder a besarla. Yo le decía "ríete de la situación loca", aunque ahora que me detengo, debe dar bastante rabia no poder besar a tu love, porque sabes que al introducir tu lengua en esa boca amada, los microbios harán tremenda fiesta y se trasladarán a vivir en ti.

Lo más cercano a esta situación que he estado es la de los pinches fumadores, pero esos extremos (que de seguro si leen este post deben estar diciendo "chis, ella po, la que no fuma y tiene la boca con olor a rosas"). O quizás haberme alejado de algún compañerito de banco que me gustara, pero mucho antes de pensar si quiera en besarlo.

Debo confesar que la boca es lo primero que miro en el sexo opuesto. Y no es que yo tenga una boca de vitrina, pero encuentro sexy unos dientes bien cuidados y unos labios carnosos. Es más, no se si les pasa pero los labios finos me producen desconfianza, claro que si arriba de ellos hay un buen bigote (siempre hablando del sexo opuesto, en mi caso, hombre) o una nariz de esas con personalidad, puedo olvidar el detalle de la desconfianza.

La lengua, ya es otro tema. Más que su contextura, es su movimiento y juego en el beso lo que aprecio, y aunque much@s se hagan los lesos, todos hemos evaluado alguna vez esta acción. Una lengua que juega con los tiempos, que es invasiva y a la vez se deja atrapar, enciende las pasiones...en cambio aquella con incontinencia, brusca, que da golpes en nuestra boca puede provocar incluso el alejamiento total y declinar nuestra opción de pasar al segundo nivel (¿sí me entiende, cierto?)...Debo decir que son solo opiniones de los besos casuales, esos que se encuentran por ahí. No soy quien para evaluar los besos de la pareja, el novio, el esposo, el pololo, cuando uno ama, no hay evaluación!

Ahora un tema que siempre me ha llamado la atención (y que combina el beso, la boca y la lengua) es la demostración afectiva de los viejitos. No deja de ser tierno, pero...ver los besos de los abuelitos siempre me evoca que son sin saliva y como con los labios tensos y arrugaditos, como que necesitan mantequilla de cacao antes de besarse. Y al encontrarse hombre y mujer de tercera edad, y unir sus bocas, se revelan sus lenguas duras.

Quizás me expongo a varios malos comentarios sobre mis juicios, pero el que no haya tenido estas reflexiones o pensamientos pasajeros quizás, y que no se haya encontrado alguna vez en esta o en vida pasada con una lengua dura, que lance la primera piedra (o el primer comentario)

1 comentario:

  1. Como dijo Julio Gutiérrez "he besado otras bocas buscando nuevas ansiedades..." y si, la lengua es un tema.
    Me gusto mucho, un abrazo!

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