domingo, 23 de mayo de 2010

"Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas"


Ansiaba comenzar este escrito con una definición de Personalidad Difusa. Pero no la encontré, o no la busqué bien (siempre hay dos opciones). Rous me incitó a poner este tema en el tapete, y aunque por dos semanas me negué...es imposible controlar los deditos fuera del teclado con una temática tan interesante, oscura, negada y tantas veces mal vista.

Hay rasgos definidos de nuestra personalidad que se van construyendo, obviamente, a lo largo de nuestra vida, de nuestro crecimiento que involucra un ser social desde que pertenecemos a un núcleo primario como lo es la familia. Hasta aquí, ninguna novedad.

Pero lo cierto es que llega un punto donde nuestra diferenciación, nuestras fortalezas y debilidades o lo que creemos que somos, no tiene un cuerpo claro, no es tangible, no se refleja en el espejo que tenemos delante cada mañana al levantarnos y comenzar un nuevo día con un nombre, apellido y actividad. Y por aquello que hemos luchado, por lo cual hemos sufrido, los temores que hemos enfrentado ( y los miles de miedos que descansan bajo la alfombra de la cama), han sido abordados desde una personalidad disfuncional.

Poca claridad, un locus externo antes que interno, sin contención,límites poco definidos, impulsividad, rasgos que no definen nuestro sexo (femenino o masculino por cierto), sin autoconocimiento (no sabemos qué nos gusta y por qué), sin integración y un sin fin de características que no pueden negar que se les han presentado a todos en alguna etapa de la existencia, por periodos de relativa extensión.

A simple vista, parece que al descifrar y enumerar estas cualidades existe claridad de la personalidad difusa y es contradictorio...el problema es cuando se ha vivido por años (30, 15, 50) de esta forma, creyendo que este tipo de personalidad es la de uno y que no hay caso y es una forma legítima de vivir.

No soy la jueza (ni espero serlo por favor!), sin embargo creo que no sólo es meritorio o basta para lograr una personalidad formada tener conciencia que no estamos en forma, sino enfrentar y trabajar por ello arduamente. Aunque sea nuestro mayor miedo dar un sentido a nuestra vida o girar a 360°, salirnos del paradigma y caminar desde otra esquina, romper el círculo que conocemos y hemos trazado por años y años(sin borrar con el codo lo que hemos venido haciendo) hay que asumirnos, querernos y trabajar por se felices y tomar nuestras propias decisiones, sin dudar a equivocarnos, quedarnos solos o ser juzgados. Ser valientes.

Nadie dijo que era simple, pero somos seres inteligentes y conscientes (una capacidad ultra desarrollada en mí este último tiempo). Y la mentira a uno mismo, el engaño, la sacada de vuelta autoaplicada...sin duda es la mayor miseria.

Benedetti lo dijo...Tienen que cambiar todas las preguntas ya!

3 comentarios:

  1. A mí siempre me ha costado un poco dimensionar que estas características psicológicas de las personas pueden cambiarse. No es como entablillar un dedo quebrado, o tomarte una pastilla para el dolor de estómago: se trata de cambiar un poco la esencia (en este caso, hablas de modificar esos aspectos difusos de la personalidad). Obviamente se puede, pero es, como dices tú, un trabajo mucho más difícil, de todos los días y en cada momento. Y hay que estar consciente de que lo que se hace es una suma ponderada de uno y de su contexto.

    A propósito, tomé tu dato. Después te cuento.

    ResponderEliminar
  2. Las características son de la personalidad, y la personalidad cambia. Por ejemplo una persona muy introvertida, puede trabajar para ser un poco más extrovertida, claro si quiere hacerlo.

    ResponderEliminar
  3. Me encantó el título...excelente!

    Aunque debo confesarte que me anduve perdiendo en tus palabras. NO sé si soy yo y mi malestar estomacal o te fuiste en la prosa elevada y mi neurona se gastó en el primer párrafo.

    ResponderEliminar