miércoles, 5 de mayo de 2010

La sufrida heroína que todas llevamos dentro


Sí, yo me crié viendo novelas (o comedias y/o teleseries). Es que "soy de región" (esto me justifica en taaaantos aspectos), nacida y criada-por mi nanita/mamá querida Helen-en Concepción donde las tardes de lluvia eran para quedarse frente al televisor viendo Cine En Su Casa (vi 20 veces La Novicia Rebelde) o La Pequeña Casa en La Pradera (quien no admiró a Laura!era lejos la más bacán) esperando la novela.

Y siendo hija de una madre trabajadora tiempo completo, la Helen se sentaba frente a la tele a las 19.30 hrs a ver Abigail o Topacio, Oshin o Cuna de Lobos y uno quedaba hipnotizada frente a esas heroínas que la vida trataba tan mal. Así me críe.

Aprendí que los hombres abandonaban a las mujeres cuando estaban embarazadas, que la sirvienta era muy mal tratada y el dueño de casa la enamoraba con mentiras, que una pequeña niña oriental se arrastraba por la nieve quemando sus pies y manos, ya que por faltar a la verdad, su padre la echaba del hogar, que la maldad de las viejas ricas era siempre contra la mujer más bella y desgraciada, que habían momentos felices rodando por prados soleados y columpiándose en un parque pero que pronto se avecinaban las muertes por accidentes automovilísticos donde alguien quedaba ciego...siempre la mujer que tenía todo un futuro por delante.

De qué servía tener una cabellera castaña larga y bien cuidada si después quedabas ciega!?, para qué amar al hombre rico si cuando tuvieras un hijo te abandonaría?. Entonces inevitablemente uno crece picando cebolla, siendo una sufrida mujer que hace de todo una tragedia novelesca, bueno asumo que por lo menos yo lo hago. Pero una de las razones por las cuales me hice amiga de la banquera es porque ella compartía esta realidad conmigo (y ojo que ella no es de región).

Un día conversando, entre vinos y chelas universitarias, descubrimos que las dos, de niña, jugábamos a ser madres solteras con muchos hijos viajando una noche de frío en tren (los hijos eran la muñecas y peluches; el tren era la litera). Agréguele que este poroto crespo visitaba la cocina de Helen y le pedía "un poquito de comida para los niños que no tienen nada que comer"...

Siendo veinteañera (aún puedo decirlo ok?)tengo cuentas que pagar, el sueldo no me alcanza, vivo corriendo entre la pega, la isapre, los compromisos sociales y me hago heridas en los talones por las baratijas de zapatos que me compro...soy una heroína de telenovela y Oshin se posiciona en mí. Claro que frente a esto, yo me rio a carcajadas.

6 comentarios:

  1. No sé si la viste, pero creo que omitiste un clásico de clásicos que no tuvo discriminación ni geográfica ni social: Carrusel de niños, un carrusel de amor.

    Esa novela fue como la guinda de la torta para nuestra generación. Si eras aún muy chica para lograr comprender realmente los enredos del licenciado, la desgracia de maria la del barrio, las mentiras de la tuerta en silla de ruedas, los pecados de la viuda, en fin y etc; con carrusel los dramas estaban friamente calculados para penetrar nuestras ya ennoveladas mentecitas. Quien no tenía una compañera como María Joaquina, quien no soñaba con tener una profe como la maestra Jimena. Puedo decir con tranquilidad que la discriminación al negrito era como lo novedoso...porque obvio, en mi sala de clases eramos todos blancos. La diversidad era única y exclusivamente de corte domiciliario.
    Yo también me crié viendo novelas con las nanas...no sé si para bien o mal...no sé como pudieron afectar mi carácter.
    Lo único que puedo destacar y por lo cuál alejaré a cualquier niño o niña de las comedias (como dice mi abuela), es el profundo terror a que me den por muerta y despertar estando ya bajo tierra...se me contrae la sangre de sólo escribirlo (final de cuna de lobos). Fue horrible y para colmo con repetición. Y si la volvieran a dar, quizás lo vería de nuevo, para buscarle todos los detalles de ficción y convencerme de que no es posible, de que es sólo un guión calculado y que jamás me va a pasar.

    No hay como una buena novela...se extrañan. Una que veamos todas y que podamos comentar, porque para eso son, jaja.

    Buena microrealidad... da mucho para opinar.

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  2. ... ahora entiendo por qué mi mamá nunca me dejó ver teleseries cuando chica!!!! gracias mamiiii!!!!!!!!!!!!!
    aunque igual creo que algo debe haber en mi sistema neurológico, porque a falta de teleseries, y según supe hace poco, junto a mi madre vimos Marco, cosa que tengo absolutamente bloqueada. Para mí consciente, yo conocí Marco ya de grande porque mis compañeros cantaban la canción... y eso no es todo, recuerdo claramente estar en el jardín infantil y escuchar a mis compañeras hablar y hablar sobre Candy... yo no la veía, pero sabía dónde la daban, así que un día de esa niñez, decidí verla para no sentirme excluida cuando mis compañeras sacaban el tema a colación, y el capítulo fue tan triste (lloré dlpm) que pensé “¿por qué mis compañeras ven esto???!!!!!” y nunca más la vi...

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  3. Jajajajajaja!!!!! me hizo mucha gracia, muy buen post.
    Cariños mil amiga
    Angela

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  4. Oye yo no vi Oshin!!!!!!!!!!!!! en qué canal la daban???? sé de qué se trata y toda la tontera, pero nunca la he podido ver

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  5. Qué puedo decir sobre las "novelas" que estas sabias mujeres no hayan dicho?. La lloré con "Simplemente María", "Celeste" y "Estrellita Mia" (que meceren también si lugar en esta micro realidad).
    Mi madre intentó contrarestar el efecto novela en sus tres hijos cuando vió que por culpa de "Marcos" tenía tres niños llorando desconsoladamente por lo duro que es la vida. Finalmente se rindió... hoy puedo decir que también soy una hija de novelas, pico la cebolla y de vez en cuando me preguntó qué será de la vida de esas mujeres que tanto sufrieron cuando yo era una niña.

    Un abrazo cuchufleta!

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  6. Está en mi retina "Cuna de Lobos"
    me daba miedo la mujer mala de parche!!!
    jajajajaaj...

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