Los (malditos) Subtextos

Un tema bien manosiado-tanto por hombres y mujeres- es el de los subtextos-vale decir que no existe en la RAE-que generamos al comunicarnos.

Hay varias teorías al respecto del uso de ellos. Muchos piensan que son utilizados mayormente por las mujeres en temas tan simples como la respuesta a la pregunta ¿Te pasa algo, estas bien?..."No me pasa nada, estoy bien". Y el subtexto que se lee es "Me pasan muchas cosas, No estoy bien". Pero el tema no se queda ahí, porque el uso indiscriminado del subtexto responde muchas veces no sólo al afan de fastidiar y hacer que el otro insista en preguntar, sino más bien en ansiar que el otro antes ni siquiera de preguntar, sepa lo que queremos, se anticipe a nuestros sentir o pensar, que empatice a puntos inesperados con el otro.

Vulgarmente podemos ejemplificar en una acción cotidiana: Un hombre llega a un bar y al sentarse en la barra, aparece el mozo quien consulta "¿Lo mismo de siempre?"...el hombre sonríe aliviado al contestar "Sí, lo mismo de siempre".

Hay personas que no leen los subtextos porque, siendo empáticos, respetan mucho la libertad del otro, el espacio comunicativo y la verdad en el lenguaje, o la simpleza. Hay quienes tienen una capacidad extraordinaria de leer el subtexto y anticiparse a lo que el otro desea escuchar, convirtiéndose casi en un buscador como Google, que al digitar una palabra con un sin fin de connotaciones y propósitos de búsqueda, nos da varias opciones entre las cuales sin duda, encontramos la nuestra. Se anticipa!

El gran conflicto de los subtextos, no es si son utilizados de buena o mala forma, si son efectivos o no o si son característicos de hombres ó mujeres. El conflicto es que al no entenderlo, al ni siquiera considerarlo, o sobrevalorarlo, puede desencadenar una serie de malas interpretaciones que en tantas ocasiones rompen con amistades, relaciones amorosas, relaciones laborales, etc.

¿Empatizan las personas "subtextutales" con el otro? Quizás es posible realizar el ejercicio de comunicarse de manera más simple y directa con aquellos que vislumbramos se interesan por estar presentes en nuestra vida de manera activa, que cuando preguntan ¿te ayudo?, esperan un sí o no para hacerlo. Si en este caso queremos decir que sí, pero nos parece insólita la pregunta, es preferible responder directamente pues podemos estar desaprovechando la ayuda efectiva del otro.